miércoles, 25 de mayo de 2016

NOTICIAS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE

Drones que vuelan hasta las nubes para provocar lluvia en épocas de sequía.
En el desierto de Nevada, en EE UU, un equipo de investigadores lleva a cabo las primeras pruebas experimentales de aeronaves no tripuladas que vuelan con una particular misión: depositar en las nubes distintos elementos para provocar la lluvia o para evitarla, según se requiera en cada momento y lugar.
En este caso, la institución Desert Research Institute (DRI), dedicada al estudio medioambiental, explora el uso de los drones para provocar la lluvia, con el fin de intervenir durante las sequías que afectan el estado de Nevada. Se trata, en última instancia, de resolver el problema que supone la falta de agua en la región; de explorar soluciones para la gestión de los recursos naturales y aumentar el abastecimiento y las reservas hidráulicas del estado, explican desde el instituto.
La siembra de nubes se basa en la idea de que las moléculas de agua presentes en la nube se cristalicen en las partículas de yoduro de plata, provocando así su precipitación al suelo. Idealmente el agua caerá en forma de lluvia, aunque dependiendo del clima puede precipitarse en forma de nieve o de granizo. Esta última es la forma menos deseada debido los daños que puede causar en bienes y cultivos.
Las pruebas llevadas a cabo por DRI no están exentas de controversia. Por un lado el alcance del dron utilizado en las pruebas, así como su tamaño y peso, resulta limitado para la siembra de nubes. La aeronave voló durante algo menos de veinte minutos y ascendió a poco más de 120 metros, aunque el equipo tiene autorización para llevar sus drones hasta los 400 metros de altura.
Noticia publicada por el periódico EL PAIS el 25 de Mayo de 2016

El cambio climático favorece el aumento de cefalópodos.
La actividad humana ha generado un gran impacto en los océanos y en su biodiversidad, resultando devastador para algunas especies. En cambio, los cefalópodos se caracterizan por su gran adaptabilidad ante rápidos cambios en su hábitat gracias a sus características biológicas. Un estudio de la Universidad de Adelaida, Australia, muestra que las poblaciones de esta especie han crecido significativamente en los últimos 60 años.
Se indica que el cambio climático ha favorecido la reproducción de estos animales. La abundancia de alimento y las elevadas temperaturas aceleran los ciclos vitales de los cefalópodos, que han aumentado a nivel global. La investigación presenta a este grupo de invertebrados como la primera especie “ecológica y comercialmente importante que se ha beneficiado del cambio del estado de los océanos” indican que el cambio climático ha favorecido la reproducción de estos animales. La abundancia de alimento y las elevadas temperaturas aceleran los ciclos vitales de los cefalópodos, que han aumentado a nivel global. La investigación presenta a este grupo de invertebrados como la primera especie “ecológica y comercialmente importante que se ha beneficiado del cambio del estado de los océanos”.
Noticia publicada por el periódico el PAIS el 24 de Mayo de 2016

Los océanos, contaminados con 90.000 toneladas de combustibles fósiles.
Se refleja que cada mes entran en la superficie de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico unas 90.000 toneladas de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) a través la atmósfera.
 Estos compuestos orgánicos son contaminantes procedentes del uso de combustibles fósiles, incendios, vertidos de petróleo, entre otros, que se transportan a través de la atmósfera, desde las zonas continentales hasta el océano abierto. refleja que cada mes entran en la superficie de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico unas 90.000 toneladas de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) a través la atmósfera. Científicos de la expedición Malaspina, liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, han destacado la importancia de conocer la dinámica de dichos contaminantes para entender tanto sus efectos en los ecosistemas oceánicos como en el ciclo de carbono global.
Los expertos señalan que del carbono que se deposita en el océano a escala global, el correspondiente a compuestos aromáticos supone el equivalente al 15% de lo que entra por deposición de CO2, “una cifra mayor de la esperada”, según los investigadores.
Noticia publicada en la revista Nature Geoscience el 17 de Mayo de 2016

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